
Me recuesto, respiro, miro y observo cada detalle que vaga en mi pensamiento.
Me levanto, asomo mi mirada hacia la ventana; la gente anda y mi mundo está estancado.
Pienso, tal vez más sueño que pensamiento; en mí ya no se encuentran aquellas mariposas que revoloteaban y me daban sonrisas.
Cada paso que realizo va modificando mi destino, todo hacer trae su consecuencia, y aún así HOY estoy dispuesta a enfrentarla.
No sé que me depara el futuro, no sé si me arrepentiré por lo que camino hoy; pero sé que mi espacio estaba plantado en un jardín de tonalidades grisaceas donde la primavera apenas podía asomarse.
Me recuesto, cierro mis ojos. Hay una sombra, hay varias sombras, pero sólo una en este momento puede robarme una pequeña sonrisa...